Los días 22 y 23 de agosto, la OMS llevará a cabo una consulta mundial sobre tecnología de asistencia para evaluar la demanda y la oferta mundiales, los cuellos de botella para acceder y las formas de mejorar la disponibilidad de productos de asistencia asequibles y de calidad garantizada para todos los que los necesitan.
Los productos de asistencia incluyen audífonos, sillas de ruedas, dispositivos de comunicación, anteojos, extremidades artificiales, organizadores de píldoras, dispositivos de memoria y otros elementos esenciales que mejoran la calidad de vida. Todos necesitarán un producto de asistencia o más eventualmente, pero las personas que viven con discapacidad y las poblaciones que envejecen son los grupos con mayor necesidad.
La OMS estima que mil millones de personas en todo el mundo necesitan al menos un producto de asistencia, pero que solo una de cada 10 personas tiene acceso debido a los altos precios, la falta de conciencia y la escasez de personal capacitado.
Por ejemplo, 75 millones de personas necesitan una silla de ruedas hoy, pero solo del 5% al 15% de ellas tienen acceso a una. 466 millones de personas en todo el mundo experimentan pérdida auditiva. La producción de audífonos actualmente satisface menos del 10% de la necesidad global. Y 200 millones de personas con baja visión no tienen acceso a anteojos.
«La provisión adecuada de tecnología de asistencia reduce la necesidad de servicios formales de salud y apoyo, atención a largo plazo y el trabajo de los cuidadores», explica Mariângela Simão, Subdirectora General de la OMS para el acceso a medicamentos y productos de salud. «Además de mejorar la vida de millones de personas, ahorra preciosos recursos de salud».
La OMS utilizará la consulta como una plataforma para abogar por todos los países para priorizar la tecnología de asistencia y establecer las políticas y regulaciones necesarias para permitir un mayor acceso. A nivel mundial, la OMS subrayará la importancia de la innovación, especialmente para los sistemas de prestación de servicios y la fuerza laboral, para satisfacer las crecientes necesidades, a medida que el número de personas que viven con discapacidad, enfermedades no transmisibles y el envejecimiento de la población continúan aumentando a nivel mundial.